lunes, 16 de octubre de 2017

CRONICA REALISTA

Mis muchos detractores me acusan de "retorcer" la realidad
en mis crónicas. Pues voy a hacer propósito de enmienda, que para
eso son mis "fieles" seguidores.

Nueva salida social en una mañana típica de otoño, donde
hemos tenido de todo: sol, bochorno, niebla, nubes y hasta
un poco de lluvia. Lote completo !!!

En piscinas nos juntamos, Gabriel, el menda, Sergio, Paco
y el "discontinuo" Alberto. Fiel a la realidad, no vamos ni
a Collbato, ni a Hortons. Hoy, el destino es hacia Begues y
Pantano.

En Cornella, recogemos a David y un nuevo amigo, el "ironman"
Jose. Bienvenido !!!. En Gava, nos espera Miguel con su
"ropaje de pasarela Cibeles".

Rápidamente, nos deja Alberto y los demás, seguimos en
ciclo-tertulia hasta el primer puerto del día: el "repentino"
Begues. Fiel a la realidad, es como lo describe un integrante
de la grupeta.

Como alguno tiene que calentar, primera parte tranquila y
poco a poco, ritmo "in-crescendo". Supongo que se diria
una "subida bestial", aunque no se si este termino es "retorcer"
la realidad. Gran prestación de Miguel y Jose. Normal,en un tío que
se mete entre pecho y espalda, un Ironman.
De los demás y fiel a la realidad, no puedo opinar, ya que no
los he visto............

Buen paso hasta Avinyonet y en la ruta hacia Vilafranca, ya
vamos viendo el cielo muy amenazante. Como hay premura
de horario, decidimos recortar y hacer parada en La Rapita,
lugar desconocido para la grupeta.











Cafes y pastas patrocinados por varios miembros de la grupeta
y amena, como siempre, sobremesa.




En la reanudación, empiezan a caer primeras gotas, que traen
consigo un seguro pinchazo. Le toca a David. Fiel a la realidad,
la reparación se ha "eternizado". Al poco rato, vuelve a pinchar
el mismo. Mala suerte o mala maniobra de arreglo.








Buena subida al Ordal. Esta vez nos acompaña Sergio. Despues
de su fuerte sesión de running de ayer, entra "en calor".
De los demás y fiel a la realidad, no puedo opinar, ya que no
los he visto............

Como siempre, entre abundante tráfico, bajamos el Ordal y
con premura, alcanzamos nuestros hogares, ya que la hora
se ha "disparado".







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