TEST DE MIERDA

Nueva salida de la Grupeta en un día espectacular para andar
en bici. Soleado y temperaturas "normales" para esta época.
"Multitud" en el punto de encuentro. Hasta 6 componentes
nos reunimos para la salida social. Presentes: Gabriel, Roberto
Alberto, Poci, yo y Javi "Lidl". Mas tarde, se une Miguel,
"el bueno".

Ritmo alegre y "ciclo.tertulia" hasta aproximarnos a las primeras
estribaciones de las costas. Viendo el "tran.traneo" de la grupeta,
me uno a otros grupos que llevan "otro ritmo". Como mañana se
prevee lluvia, no podré hacer mis productivas "culo endurance"
y aprovecho para meter intensidad.

Paso de costas a rueda de tres ciclistas que llevan un paso
"majo". En Sitges, y preveyendo larga espera, media vuelta
y a buscar a los compañeros.

Roberto, Alberto y Javi deciden parar a tomar café y como
hay "buen espíritu de grupeta", nos dividimos en dos grupos.
Poca cintura para variar recorridos....pero es lo que hay....

Los demás, seguimos el recorrido de siempre hacia Molanta.
El cansino y pestoso recorrido por Canyellas. Menos mal
que hoy teníamos el viento favorable.

En Molanta, refrigerio patrocinado por el "talentoso" Miguel.
Gran ciclista, clase inmensa, y un estilo de vestir "inigualable".

Vuelta a la ruta por Sesgarrigues. Aprovechando los repechos,
me voy "testando" para comprobar que la preparación va por
buen camino. Alguno, lo tilda de "test de mierda". No se, si
se refería al test mismo, o a los que se quedan por detrás...ja ja ja.

La subida al Ordal sigue por los mismos derroteros. Miguel
y yo, marcando el paso. Un puntito más en el repecho duro
y "masacramos" al capitano. El Ordal ha quedado sembrado
de "materia capilar"....ja ja ja.

Cuando dos "excelsos" se unen, el pacto llega por si solo:
para ti, la etapa y para mi, la general. Un placer, coronar
con el "gran Miguel".

Bajada rápida con menos transito que otros domingos.
En Molins, Miguel se despide y yo, remonto para esperar,
"largamente" a los demás.

Variamos la ruta habitual y circulamos por San Boi y
Cornella para dar por concluida una nueva jornada
placentera de ciclismo.